El plomo que se puede encontrar en el agua de consumo puede ser hasta cierto punto de procedencia natural, pero gran parte de éste es producto de los sistemas de distribución de las aguas de abastecimiento humano y tuberías en las infraestructuras internas, las cuales presentan plomo en su composición. Las proporciones de dicho elemento que pueda encontrarse en el agua por estas instalaciones va a depender de la temperatura a la que se encuentre, propiedades químicas (pH, cloro, oxígeno disuelto, etc), dureza del agua, grado de deterioro de las tuberías, cantidad de plomo al que se encuentre expuesto y el tiempo de contacto. La OMS estima que los niveles de plomo para su consumo no deberían de exceder de 10 μg/L, los valores usuales contenidos en agua suelen estar por debajo de 5 μg/L, pero se pueden llegar a encontrar concentraciones de hasta 100 μg/L en infraestructuras con tuberías de plomo.
Estas construcciones de plomo en los sistemas de abastecimiento son más comunes en viviendas construidas antes de los años 90, ya que se encuentran en ellas un mayor número de componentes fijos y soldaduras de este elemento.
El plomo, al ser un metal tóxico, puede causar afecciones a la salud, incluso cuando se está sometido a bajos niveles de exposición. Tiene capacidad de persistencia en el organismo, es decir, puede bioacumularse en el cuerpo con el tiempo.
Los bebés y niños son los más indefensos, ya que una dosis de este tóxico produciría poco efecto en un adulto, pero en un niño el impacto que provocaría sería significativo.
En los niños bajos niveles de plomo en sangre podría producir afecciones como problemas en la conducta o dificultades en el aprendizaje, deficiencia en el coeficiente intelectual e hiperactividad, anemia o un crecimiento tardío y problemas de formación y función de los glóbulos.
En adultos también es peligrosa la exposición a este elemento, pudiendo ser el causante de distintos daños en cuanto a salud respecta, dando lugar a complicaciones en el correcto funcionamiento del sistema renal, efectos cardiovasculares, incidencia de hipertensión y presión arterial elevada y, problemas de reproducción.
Para reducir el plomo del agua potable de su casa se pueden tomar distintas medidas. Es recomendable enjuagar las tuberías antes de beber agua o utilizar solo agua fría para su consumo, pero la medida más eficaz y viable, además de cómoda y segura para la salud, es la utilización de filtros o dispositivos para el tratamiento del agua, de este modo, Zero Water será su mejor opción para deshacerse del plomo existente y tomar el agua con una excelente calidad. Los filtros de algunas marcas no tienen la capacidad de filtrar este y otros tóxicos, por ello, nuestros filtros de Zero Water son los más recomendables ya que filtran el 99% de todos los tóxicos que se puedan encontrarse en el agua de su grifo.
Si desea más información sobre este tema le dejamos a su disposición las siguientes website:
https://www.edf.org/sites/default/files/homeowner-spanish_508c.pdf